La escritura es probablemente el medio de expresión creativa más accesible y económica del mundo. Por el simple hecho de que cualquiera puede empezar a escribir una historia, pues solo tomas papel y lápiz y a trabajar, o bueno… Ya ni eso. Pues con solo abrir un nuevo documento de Word te será suficiente, por lo que ya hasta el papel te lo ahorras. Sin embargo, no nos mal intérpretes, con esto no queremos decir que cualquiera pueda escribir una BUENA historia, ojo, son cosas muy diferentes. Pues si bien compartimos la idea de que cualquiera puede empezar a escribir una novela, no concordamos en que será una obra maestra.
El arte de escribir y saber contar una buena historia sobre el papel es más complejo de lo que te puedes imaginar. Y de hecho, incluso los que se hacen llamar profesionales o altas figuras con renombre en la literatura moderna y antigua. Sufren de ciertas carencias, por lo que si ya un profesional s ele dificulta, que podéis esperar de alguien que recién empieza.
No por esto significa que debas abandonar cualquier idea o intención de empezar a escribir una novela, al contrario, continua y haz realidad tu proyecto. Solo ten siempre presente que este ser aun proceso arduo y de constante aprendizaje, donde siempre se podrá escribir mejor mañana que hoy. Sabiendo esto, empieza tu aventura tomando en cuenta los siguientes consejos…
Oh, casi lo olvido, no puedo avanzar en esta historia sin antes recomendarte la lectura de: ¿Cómo escribir una autobiografía?
Empieza por el final.
Puede parecer un tanto absurdo el título presentado, ¿Cómo es eso de empezar por el final? Después de todo, ¿el punto de partida no debería de ser el inicio? Pues la verdad es que no… No al menos para estos casos, deja que os explique. Un error común en la mayoría de escritores aficionados (y ene se sacó me incluyo). Es que iniciamos una historia o en este caso una novela. Sin siquiera saber cuál es el final que le queremos dar. Es decir, que vamos construyendo nuestra historia sobre la marcha, y esto solo puede resultar en un completo caos. Pues al empezar a escribir una novela sin tener un norte fijado, eso solo nos hará propensos a cometer los muy conocidos como “agujeros de guion”. Que no son más que errores o problemas inconclusos en nuestra novela que por no haber tenido una previa planificación, se nos pasan por alto. Por lo que el resultado final resulta en una historia con bastantes fallas.
He de reconocer que estos agujeros están presentes en todas las historias, y ciertamente intentar escribir una historia perfecta y sin errores, es una tarea titánica. Sin embargo, la intención es procurar que nuestra novela tenga los menos baches posibles, y que de ser posible, estos agujeros no afecten seriamente a la trama o situación planteada en la obra. Por lo que en conclusión, piensa primero en el final de tu novela y luego construye todo el camino necesario para llegar hasta ese punto.
De esta manera te podemos asegurar al empezar a escribir tu novela, no solo minimizaras la cantidad de agujeros o fallos que tenga la trama. Sino que te resultar amucho más sencillo escribirla al saber a dónde estas apuntando.
No solo los personajes protagónicos importan.
Al empezar a escribir una novela, generalmente nuestro enfoque se ve centrado únicamente en los personajes principales o protagónicos. Dejando todo aquello que le rodea, tanto personajes secundarios, como la trama o la propia ambientación. Si bien es cierto que los personajes principales por naturaleza se llevan y ameritan cierta atención especial. Lo cierto es que una buena novela le sabe dar tiempo a todos los personajes, para que estos de alguna manera se vean desarrollados y evolucionen. Te aseguro que hasta tú mismo te has llegado a interesar más en los personajes secundarios de una historia que del propio protagonista. Y es precisamente por es emotivo que como autor, no debes descuidar al resto del elenco.
En este mismo punto queremos introducir otro de los errores más comunes que suelen cometer los novelistas novatos. Y es el hacer a su protagonista demasiado bueno para su obra. Es decir, un chico o chica tan perfecta y capaz que sin importar cual sea la trama que propongas en tu historia. Tu protagonista siempre parece tener todo bajo control, e inclusive tú mismo como creador llegas a ser capaz de ayudarlo. Esto nunca es bien visto, recuerda que un buen personaje es aquel que lidia, sufre y se esfuerza para progresar, no hay gracia en un protagonista que simplemente progresa porque… bueno, es el prota.
De esta manera doy por concluida la redacción de esta entrada, si ha sido de vuestro agrado e interés, considera visitar: ¿Cómo hacer un texto expositivo?