Los antónimos son sustantivos que se encargan de describir palabras que tienen significados contrarios entre sí, es decir, que expresan ideas opuestas o contrarias en relación a otro término, siempre y cuando pertenezcan a la misma categoría gramatical o tipo de palabra.
Las palabras antónimas pueden ser:
- Sustantivos. Por ejemplo: inicio / final, amor / odio
- Adjetivos. Por ejemplo: sucio / limpio, bueno / malo
- Verbos. Por ejemplo: subir / bajar, llorar / reír
- Adverbios. Por ejemplo: cerca / lejos, bien / mal
La palabra «antónimo» tiene su origen en el griego y está formada por el sufijo «anti», que significa «contrario», y «onoma», que expresa nombre. De esta manera, de forma conjunta, significa, «contrario al nombre«.
La antonimia, que es cómo se llama a este tipo de relación entre los significados de las palabras, pueden ser de diferentes tipos, en función del modo en el que las palabras se contradigan las unas con las otras.
En este sentido, hay que tener en cuenta que existen cientos de antónimos en todos los idiomas, que no necesariamente deben ser sinónimos entre ellos, ya que el significado en el que se maneja una lengua es complejo.
En los antónimos, el emisor puede emitir un mensaje haciendo uso de signos lingüísticos opuestos al significado, que se usan para expresar lo que se piensa de una manera contraria. Junto a los sinónimos, es habitual que los antónimos se encuentren recogidos en un diccionario de sinónimos y antónimos, una herramienta común y muy útil para quienes aprenden una lengua o desean profundizar en ella.
Asimismo, hay que tener presente que los antónimos contribuyen a facilitar la compresión de un texto o diálogo, ya que muchas personas pueden llegar a tener una mayor compresión de de lo que se trata de transmitir a través del conocimiento opuesto.
Tipos de anónimos
Principalmente podemos distinguir entre tres tipos diferentes de antónimos, en función de cómo se lleve a cabo la contraposición a una palabra. De esta manera, podemos encontrarnos con las siguientes:
Antónimo gradual
Tal y como podemos deducir por su nombre, cuando se trata de un antónimo gradual, ambas palabras se oponen la una a la otra de forma gradual, de una manera no absoluta. Esto se da cuando existen otros significados en distinto grado.
Un claro ejemplo tiene que ver con la temperatura, donde «caliente» y «frío» son antónimos, pero existe la posibilidad de que haya grados intermedios como «tibio» o «templado».
Antónimo complementario
La antonimia complementaria se da cuando el significado de una palabra elimina o es incompatible con otra, es decir, elimina la posibilidad de que haya otra. Por lo tanto, si existe una, no existe la otra. En este caso, un claro ejemplo es hablar de «legal» e «ilegal», o «vivo» y «muerto«. En este tipo de casos no hay lugar para términos intermedios entre ellos.
Antónimo recíproco
En la antonimia recíproca nos encontramos con que las palabras se oponen las unas a las otras de manera complementaria, lo que significa que la existencia de uno implica la presencia de otra, sin que pueda darse la una sin la otra al ser un conjunto total entre ambas. Por ejemplo, nos encontramos con un ejemplo en «comprar» y «vender«. Esto se debe a que no se puede comprar si no vende bien o servicio.
Otro ejemplo es el de «padre» e «hijo«, ya que para que una persona pueda ser llamada padre, es necesario que tenga, como mínimo, un hijo.
Antónimos y sinónimos
A la hora de hablar de antónimos, no podemos hacerlo sin hacer mención a los sinónimos. La antonimia es lo gramaticalmente opuesto a la sinonimia. De esta manera, mientras que los antónimos son palabras con significados opuestos, los sinónimos son palabras que tienen un significado muy parecido. Esto quiere decir que son palabras que, hasta cierto punto, se pueden intercambiar sin que se altere el sentido de lo que se está diciendo.
No obstante, al contrario de lo que sucede con los antónimos, en el que sí se da de forma total, en los sinónimos nunca se puede dar al 100%, ya que existen determinados matices, por muy pequeños o subjetivos que sean, entre los diferentes términos. Por ello son muchos los que aseguran que la sinonimia consiste en una serie de aproximaciones, pero que no existe realmente por completo.
Ejemplos de antónimos
Dicho lo anterior, es el momento de conocer algunos ejemplos de antónimos para que todo lo explicado te pueda quedar mucho más claro. En el idioma español nos podemos encontrar con muchos de ellos, entre los cuáles se encuentran:
- Aceptar – rechazar
- Amor – odio
- Alegre – triste
- Feliz – deprimido
- Humilde – arrogante
- Delgado – gordo
- Guapo – feo
- Bien – mal
- Día – Noche
- Subir – bajar
- Lograr – fracasar
- Bondad – maldad
- Ganar – perder
- Orgullo – vergüenza
- Dormir – despertar
- Verdad – mentira
- Grande – pequeño
- Hola – adiós
- Luminoso – oscuro
- Apagar – encender
- Limpio – sucio
- Amigo – enemigo
- Reír – llorar
Estos son solo algunos de los cientos de ejemplos de palabras antónimas entre sí.